ISSN: 2959-6513 - ISSN-L:
2959-6513
Volumen 4. No. 9 / Octubre 2024 - Número especial
Páginas 265 - 281
Violencia
política de género mediante el uso de las plataformas digitales en México
Gender Political Violence through the Use of Digital
Platforms in Mexico
Violência Política de Gênero através do Uso de Plataformas Digitais
no México
Ana Gabriel Antunez Nuñez
anagaby281998@gmail.com
https://orcid.org/0009-0008-3812-3774
Universidad Autónoma de Guerrero
Guerrero - México
Claudio Flores Seefoó
claudiofseefoo@uagro.mx
https://orcid.org/0000-0001-8346-1723
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Lima - Perú
Esmeralda Hernández Hernández
esmehdezhdez@yahoo.com.mx
https://orcid.org/0000-0002-6964-7326
Universidad Autónoma de Guerrero
Guerrero - México
Cyntia Raquel Rudas Murga
dra.crrm@outlook.com
https://orcid.org/0000-0001-7777-5646
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Lima - Perú
Artículo recibido 30 de mayo de 2024 / Arbitrado 10 de junio de 2024 /
Aceptado 30 de julio 2024 / Publicado 25 de octubre de 2024
Resumen
El
presente artículo se centra en la violencia política de género en México,
especialmente en el contexto del uso de plataformas digitales. Esta
problemática se manifiesta a través de diversas formas de agresión dirigidas
hacia las mujeres en el ámbito político. El objetivo consiste en describir las
manifestaciones de violencia política de género en entornos digitales y su
impacto en la participación política femenina. Se empleó una metodología
cualitativa, revisando estudios previos y recopilando información de bases de
datos como Scielo, Dialnet
y Google Scholar. Las dimensiones analizadas incluyen
la tipología de violencia, las plataformas digitales involucradas, y las
implicaciones sociales y políticas. Los resultados revelan un aumento en la
violencia en línea, dirigida a mujeres políticas, lo cual afecta su seguridad y
su involucramiento en procesos políticos. Se concluye que es necesario
implementar políticas efectivas para mitigar este fenómeno y fomentar un
entorno digital seguro.
Palabras clave: Agresión
en línea; participación política femenina; plataformas digitales; políticas de
mitigación; violencia política de género
Abstract
This article focuses on gender
political violence in Mexico, especially in the context of the use of digital
platforms. This problem is manifested through various forms of aggression
directed towards women in the political sphere. The objective is to describe
the manifestations of gender political violence in digital environments and
their impact on female political participation. A qualitative methodology was
used, reviewing previous studies and collecting information from databases such
as Scielo, Dialnet and
Google Scholar. The dimensions analyzed include the typology of violence, the
digital platforms involved, and the social and political implications. The
results reveal an increase in online violence, directed at female politicians,
which affects their safety and their involvement in political processes. It is
concluded that it is necessary to implement effective policies to mitigate this
phenomenon and promote a safe digital environment.
Keywords: Online
aggression; female political participation; digital platforms; mitigation
policies; gender political violence.
Resumo
Este
artigo centra-se na violência
política de género no México, especialmente no contexto da utilização
de plataformas digitais. Este problema manifesta-se através de diversas
formas de agressão dirigidas às
mulheres na esfera
política. O objetivo é descrever
as manifestações da violência
política de gênero em
ambientes digitais e seu
impacto na participação
política feminina. Foi
utilizada metodologia qualitativa,
revisando estudos anteriores e coletando
informações em bases de
dados como Scielo, Dialnet
e Google Acadêmico. As dimensões
analisadas incluem a tipologia da violência, as
plataformas digitais envolvidas
e as implicações sociais e
políticas. Os resultados revelam um
aumento da violência online, dirigida a mulheres políticas, o que afeta a
sua segurança e o seu envolvimento nos processos políticos. Conclui-se que é necessária a implementação de políticas eficazes
para mitigar este fenómeno e promover um ambiente
digital seguro.
Palavras-chave: Agressão on-line; participação
política feminina; plataformas digitais;
políticas de mitigação; violência
política de gênero.
INTRODUCCIÓN
La situación económica de América Latina y el Caribe, así como aspectos
relacionados con el ejercicio de derechos fundamentales y la expansión de la
ciudadanía hace que esta región se mantenga como un territorio donde existen
altos índices de desigualdad. Además, esta desigualdad se manifiesta en
diversas dimensiones, incluyendo género, etnia, raza y territorialidad. Cada
uno de estos aspectos contribuye a un panorama complejo donde las brechas
sociales reflejan diferencias en ingresos y oportunidades laborales y
evidencian la exclusión de grupos específicos que enfrentan barreras
adicionales en su acceso a derechos básicos. Por lo tanto, la desigualdad en
esta región es un fenómeno multifacético que exige atención y abordaje
integral, a fin de promover equidad y justicia social para todos los
habitantes.
Según Morales y Pérez (2021), las prácticas, discursos
y representaciones que sostienen y reproducen el orden de género sitúan a las
mujeres en posiciones de desigualdad frente a los hombres, que viven y hacen
del espacio público su entorno natural. Así, se produce la desigualdad de
género en su dimensión política. Esta ha tenido diferentes expresiones
históricas, y su complejidad va más allá de la progresiva incorporación de las
mujeres a los espacios políticos y de toma de decisiones.
La violencia política de género es un fenómeno que ha cobrado relevancia
en los últimos años, especialmente en el contexto de las democracias
contemporáneas, donde la participación de las mujeres en la política se ve
amenazada por agresiones y hostigamiento dirigidos hacia ellas. Diversos
estudios han documentado cómo el entorno digital se ha convertido en un espacio
propicio para este tipo de violencia. Por ejemplo, en México existe un contexto
grave de violencia estructural. Se estima que el 66% de las mujeres mayores de
15 años en el país, alrededor de 30.7 millones, han vivido alguna forma de
violencia en sus diferentes formas, en los espacios escolar, laboral,
comunitario, familiar o en su relación de pareja (INEGI, 2017).
De acuerdo con Navarro et al. (2018, citando a
Menéndez, 2014), en los últimos años, la violencia contra las mujeres está cada
vez más presente en la agenda informativa de los medios de comunicación. No
obstante, el aumento positivo de la visibilización
del problema contrasta con el tratamiento informativo que reciben. Diversos
estudios demuestran que los medios de masas ejercen violencia simbólica al
incluir en sus contenidos estereotipos machistas y representaciones que
devalúan lo femenino (Galarza et al., 1990).
Según INEGI (2016), aproximadamente 9 millones de mujeres han vivido ciberacoso en México. Las mujeres más vulnerables a sufrir
algún tipo de acoso son las mujeres de entre 20 y 29 años, seguidas por el
grupo de 12 a 19 años. Entre los tipos de acoso se encuentran la violación de
la intimidad, que consiste en la filtración de imágenes íntimas sin
consentimiento, sembrar rumores falsos y difamar con el propósito de dañar su
reputación o avergonzarla y en el caso de las lideresas, acosar y amenazar
mediante diferentes medios y formas con el fin de intimidación que puede
escalar a violencia física, sexual o letal.
Teniendo en consideración lo antes expuesto, la presente investigación
se justifica ante la necesidad de visibilizar y analizar estas manifestaciones
de violencia, dadas las implicaciones sociales, políticas y psicológicas que
conlleva. Consecuentemente, la pregunta que orienta este estudio está
relacionada con conocer cómo afecta la violencia política de género en entornos
digitales a la participación política de las mujeres en México. De ahí que el
objetivo está dado en describir las manifestaciones de esta violencia a través
de un enfoque crítico que permita entender su impacto en la participación
política femenina. Por tanto, esta investigación se contextualiza en el
análisis de las interacciones en plataformas digitales, donde se intersecan
identidades, discursos y formas de violencia, buscando contribuir a la creación
de políticas y estrategias que fomenten un entorno digital más seguro y
equitativo para las mujeres involucradas en la política.
MÉTODO
La presente investigación se abordó desde un enfoque cualitativo, en el
cual se llevó a cabo una revisión de la literatura sobre la violencia política
de género en México, específicamente en relación con el uso de plataformas
digitales. El diseño de la investigación fue descriptivo, permitiendo una
exploración exhaustiva del fenómeno. Para la recolección de datos, se empleó la
técnica de revisión documental, utilizando como instrumento un análisis que facilitó
la organización y síntesis de la información. Este análisis se caracterizó por
incluir categorías específicas que permitieron clasificar los hallazgos de
acuerdo con dimensiones clave, tales como el tipo de violencia política de
género, las plataformas digitales involucradas y las implicaciones sociales y
políticas para las mujeres.
Se consultaron estudios que abordaron explícitamente la temática de la
violencia política de género y estudios realizados en el contexto mexicano en
bases de datos como Dialnet, Scielo
y Google Scholar, donde se realizó una búsqueda
utilizando palabras clave como "violencia política de género",
"plataformas digitales", "México" y combinaciones de estas
para garantizar una cobertura integral del tema.
El contexto de esta revisión estuvo centrado en el ambiente político de
México, donde la población objeto de estudio consistió en mujeres que
participan en actividades políticas a nivel local y nacional. Se consideraron
características relevantes como su nivel educativo, experiencia política y
presencia en redes sociales. Para el análisis de los resultados, se utilizó un
enfoque narrativo que permitió agrupar y sintetizar la información recuperada,
identificando patrones y tendencias en la violencia política de género a través
de plataformas digitales. Este procesamiento de datos garantizó una comprensión
profunda del fenómeno y facilitó la identificación de áreas críticas que
requieren atención y acción en la esfera política.
En el marco de las investigaciones de Morales y Pérez (2021) sostiene en
su investigación que las mujeres enfrentan diversas formas de violencia, las
cuales tienen raíces profundamente arraigadas en la estructura dicotómica que
organiza las relaciones sociales. Esta estructura se basa en las diferencias
asociadas al género, que a su vez respaldan la construcción social de la identidad
de género. En este contexto, se reconoce que las desigualdades de género son un
resultado de la biología y están fundamentalmente ligadas a normas sociales y
culturales que perpetúan el dominio masculino sobre el femenino.
Desde la perspectiva de los autores de la presente investigación, esta
afirmación resalta una problemática que va más allá de los actos individuales
de violencia, sugiriendo que el problema está íntimamente relacionado con las
dinámicas sociales que han sido institucionalizadas a lo largo del tiempo. Se
trata de un sistema que, al dictar comportamientos y roles en función del
género, no solo justifica la violencia hacia las mujeres, sino que también
normaliza su opresión y exclusión en múltiples esferas de la vida cotidiana.
Como resultado de estas normas sociales que tratan de situar a las
mujeres en diferentes posiciones de desigualdad con respectos a los hombres en
espacios públicos, considera Morales y Pérez (2021) y con quien se concuerda en
este estudio, se produce la desigualdad de género en su dimensión política. La
misma ha tenido diferentes expresiones históricas, y su complejidad va más allá
de la progresiva incorporación de las mujeres a los espacios políticos y de
toma de decisiones. Romero (2017) considera que las relaciones de poder de
género se actualizan en los diferentes escenarios a los que han accedido las
mujeres y producen diferentes tipos de violencia, entre las cuales se encuentra
la política; en esa esfera las mujeres enfrentan prácticas y discursos que las
marginan y reducen el ejercicio de sus derechos. Cuando buscan ocupar un cargo,
se someten a la violencia ejercida hacia los políticos, extendida en las
democracias latinoamericanas, pero también a la que se ejerce hacia ellas como
parte de la reproducción de un orden de género que las subordina y limita su
participación política.
Los orígenes de la violencia política de género se encuentran en la
desigual relación de poder que existe entre hombres y mujeres, en el entendido
que históricamente el espacio público-político ha sido escenario privilegiado
del género masculino. Las instituciones y organizaciones creadas para dar vida
al orden de lo político no sólo se fundan en la presencia exclusiva de los
varones, sus dinámicas de funcionamiento, códigos, lenguaje y normas, también
son un reflejo de la primacía de un solo género. Al querer ingresar a la
política, las mujeres no sólo se encuentran en desventaja: su sola presencia transgrede
un orden que naturaliza su exclusión (Cerva, 2014).
Para estos efectos de la participación política siguiendo la línea de
Calderón (2000), la condición de género tiene un peso definitivo. Según Ruiz
(1987), las mexicanas han sido percibidas tan solo en términos domésticos, lo
que ha reforzado el estereotipo que las ubica como apolíticas y conservadoras.
Los valores con que ancestralmente han sido educadas preservan una división
entre el mundo masculino y el mundo femenino. Esta división se traduce en una
participación social y política para las mujeres, limitada a lo que se atribuye
al mundo femenino: la casa, el barrio. A pesar de los cambios profundos en la
cultura mexicana en las últimas décadas, aún se observa que las mujeres
mexicanas continúan reproduciendo los roles sociales que han aprendido y que
tienen que ver con su confinamiento social y emocional al espacio doméstico.
Por su parte, Krook y Restrepo (2016, citados
por Portillo, 2023) destacan la necesidad de definir claramente los términos en
el debate y las reflexiones sobre la violencia hacia las mujeres en el ámbito
político. Ellos enfatizan que es relevante contar con un concepto claro y
preciso para ampliar o limitar la percepción del problema. Su contribución
conceptual ofrece una definición más amplia de la violencia contra las mujeres
en la política, integrando la violencia física y sexual dentro de la categoría
de violencia física, y diferenciando la violencia psicológica en sus formas
psicológica, económica y simbólica, siendo esta última la más habitual y
naturalizada.
Igualmente, Piscopo (2016) señala que el
concepto de violencia política contra las mujeres ha sido promovido desde el
ámbito académico y por activistas. Sin embargo, advierte que suelen pasarse por
alto aspectos esenciales e interconectados, como la inseguridad generalizada,
la ineficacia de los sistemas de justicia y los intentos de los partidos por
dificultar el acceso de las mujeres al poder. Esto contribuye a la rutinización de la violencia tanto en el Estado como en la
sociedad, generando políticas públicas que no abordan realmente el problema
central relacionado con la fragilidad del Estado de derecho. Por consiguiente,
la evolución de los medios de comunicación en la actualidad también ha
proporcionado un terreno fértil para que la violencia política de género
continúe manifestándose, tal es el caso de la violencia a través de plataformas
digitales, donde las agresiones hacia las mujeres en el ámbito público se
intensifican y diversifican constantemente.
Desde el nacimiento de la prensa, seguido por el crecimiento de la radio
y la televisión, hasta la aparición del internet y sus nuevas formas como la
web 2.0, la mediación ha influido de manera significativa en la participación
de individuos y grupos en la vida pública (Novella-Cámara
et al., 2021). En la actualidad, la experiencia social se configura cada vez
más como una narrativa mediática. En ese contexto, la violencia política de
género se ha manifestado también a través de las plataformas digitales, donde las
mujeres enfrentan múltiples formas de agresión (Palazuelos,
2022).
El uso de redes sociales y otros medios digitales ha facilitado la
difusión de discursos de odio, acoso y desinformación, exacerbando así la
violencia contra las mujeres en el ámbito político. Las campañas de
desprestigio, el ciberacoso y la difusión de
información falsa son solo algunos ejemplos de cómo estas plataformas pueden
ser utilizadas para deslegitimar y silenciar a las mujeres políticas, mostrando
que, aunque la tecnología ofrece nuevas oportunidades para la participación,
también puede convertirse en un espacio de vulnerabilidad.
Igualmente, plantea Palazuelos (2022)
referenciando a Sánchez (2021), que el uso de plataformas como TikTok genera sobre-exposiciones de los perfiles personales
de los actores políticos, a la vez que supone altos niveles de riesgo para su
reputación. En el ámbito de las campañas electorales, la promoción de
candidatos se articula mediante diferentes lenguajes que se adaptan a las
características de cada plataforma, este proceso presenta una base lúdica al
promover la combinación de distintos géneros como la comedia, la sátira o el
drama (Obando, 2021).
La violencia relacionada con las tecnologías contra las mujeres en
México ha ido en aumento y se coloca como un tema de preocupación pública cada
vez con más fuerza, lo que ha dado pie a la creación de campañas, propuestas y
modificaciones legislativas (Šimonović, 2017). De
acuerdo con la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (2015), la
violencia contra las mujeres relacionada con la tecnología, se refiere a los
actos de violencia de género cometidos instigados o agravados, en parte o
totalmente, por el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación ,
plataformas de redes sociales y correo electrónico; y causan daño psicológico y
emocional, refuerzan los prejuicios, dañan la reputación, causan pérdidas
económicas y plantean barreras a la participación en la vida pública y pueden
conducir a formas de violencia sexual y otras formas de violencia física.
Tendencias en relación con este tipo de violencia
según “Association for Progressive Communications”
(2014)
Las mujeres jóvenes, de entre 18 y 30 años, son las más vulnerables en
los espacios digitales. El 40% de las agresiones son cometidas por personas
conocidas por las sobrevivientes y el 30% por desconocidos. Hay tres perfiles
principales de mujeres que viven esta forma de violencia: mujeres que viven en
una relación íntima de violencia, mujeres profesionales con perfil público que
participan en espacios de comunicación (periodistas, investigadoras, activistas
y artistas), y mujeres sobrevivientes de violencia física o sexual.
Šimonović (2017) resalta
diferentes tipologías de violencia contra las mujeres relacionadas con la
tecnología, entre ellas se destacan: Ataques a las cuentas o dispositivos de
una persona de forma no autorizada. Pueden implicar la obtención no autorizada
de información y/o restricciones al acceso. Robo de contraseña, programas
espías; intervención/escucha en sus dispositivos; robo de equipo; bloqueo de
acceso propio; phishing, infección de virus; keyloggers. El robo u obtención de información que puede
implicar la pérdida del control sobre la misma, y cualquier intento de
modificación no consentida con un fin determinado. Borrar, cambiar o falsificar
datos personales (foto o video); tomar foto o video sin consentimiento (no
necesariamente con contenido sexual); control de cuentas en plataformas
digitales. Uso o falsificación de la identidad de una persona sin su consentimiento.
Creación de perfiles o cuentas falsas; usurpación del sitio, nombre o datos que
refieran a la persona; hacerse pasar por una persona, incluso usando su propia
cuenta para hacer comunicaciones; robo de identidad, dinero o propiedad, entre
otras.
Entre las redes sociales donde se ejercen la mayor parte de violencia
política contra las mujeres se encuentran la red social Twitter
y también Facebook. Igualmente, se ha constatado como en la red social YouTube
se usan videos para difundir desprestigio u hostigamiento. En el caso de Twitter se destaca el uso de imágenes violentas, personas
portando armas, nombres escritos con balas, el uso de un lenguaje asociado al
narcotráfico como “el patrón ya dio la orden”, para lanzar los ataques hacia
mujeres periodistas; ataques que también consideran los autores de esta
investigación, han estado dirigidos a las mujeres con cargos públicos en los
diferentes sectores de la economía (político, social y cultural). En ocasiones,
las amenazas de muerte también incluyen a la familia de estas lideresas.
Implicaciones en las mujeres que sufren este tipo de
violencia
La violencia relacionada con la tecnología representa un desafío
significativo para las mujeres en el ámbito político, ya que se manifiesta a
través de diversas formas que buscan menoscabar su autoridad y participación.
Estas acciones pueden llevar a las mujeres a perder el control sobre su
información personal, afectando su reputación y seguridad. En un contexto donde
las plataformas digitales son herramientas clave para la comunicación política,
el uso de métodos como el phishing, el espionaje y la
usurpación de identidad resulta un escenario de intimidación y desventaja,
silenciando efectivamente las voces femeninas en la política.
Las redes sociales, como Twitter y Facebook,
se han convertido en el terreno de ataque preferido para perpetuar la violencia
política contra mujeres con funciones públicas como se planteó anteriormente.
Las agresiones no solo se limitan al desprestigio, sino que también incluyen
amenazas de muerte, tanto hacia ellas como hacia sus familias, lo que genera un
clima de miedo y hostilidad que obstaculiza su participación. En particular,
señales de violencia explícita son herramientas utilizadas para intimidar y
deslegitimar a mujeres periodistas y políticas. Esta realidad pone de
manifiesto la necesidad de crear estrategias efectivas que aborden y combatan
este tipo de violencia, promoviendo un entorno más seguro y equitativo para las
mujeres en el ámbito político.
Si bien Facebook es una de las redes sociales donde se pone de
manifiesto la violencia política de género, también se convierte en una
herramienta para la lucha contra la violencia de género en México Navarro et
al., 2018). Estos autores subrayan la eficacia de Facebook como una herramienta
esencial en la lucha contra la violencia política de género en México, al
servir como plataforma para la visibilización y
organización de movimientos en defensa de los derechos de las mujeres.
Aunque la mayoría de las comunidades en Facebook abordan temas generales
relacionados con las mujeres, se identifican grupos específicos que se centran
en la violencia machista, reflejando un creciente interés y compromiso por
parte de las organizaciones en este ámbito. La clasificación de las páginas en
diferentes perfiles, como organismos públicos, entidades civiles y medios de
comunicación con perspectiva feminista, revela un ecosistema diverso donde cada
tipo de organización aplica Facebook de manera distinta, utilizando la plataforma
para la difusión de convocatorias, la creación de agendas temáticas y la
expansión del alcance de su mensaje.
El impacto de estas comunidades varía significativamente según su tipo y
enfoque, evidenciando cómo algunas páginas logran una mayor visibilidad, como
es el caso de Voces Feministas, que alcanza más de 100,000 seguidores. La
actividad en Facebook no solo permite la divulgación de información sobre
eventos y temas relevantes, sino que también fomenta el debate y la reflexión
en torno a la violencia de género. Si bien no todas las entidades generan
contenido propio, las que lo hacen, especialmente los medios de comunicación y
agencias de noticias, contribuyen a establecer una conversación más amplia
sobre la violencia política que enfrentan las mujeres. Esta acción empodera a
las voces marginadas e invita a una reflexión crítica sobre la situación de las
mujeres en la política, lo que resulta notable para la transformación social y
la promoción de políticas inclusivas y equitativas.
Medidas aplicadas para la inclusión de las mujeres en
los espacios políticos de América Latina
En la presente investigación se asume a Albaine
(2014) quien destaca que la inclusión de las mujeres en los espacios políticos
de América Latina ha avanzado gracias a la incorporación de la paridad política
de género en las legislaciones nacionales de varios países. Seis naciones han
integrado este principio en sus constituciones y normativas electorales, con un
enfoque particular en la aplicación de cuotas de género que obligan a los
partidos a adherirse a un equilibrio en la representación de hombres y mujeres.
Mientras que países como Bolivia, Costa Rica, Ecuador, Honduras y México
han visto un progreso considerable gracias a las cuotas y a la implementación
obligatoria del principio de paridad, Nicaragua se presenta como un caso
excepcional que, al no contar con una normativa de cuotas efectiva, enfrenta
mayores desafíos en cuanto a la representación política femenina. Este contexto
muestra que, aunque las cuotas son un paso importante, por sí solas no
garantizan un cambio significativo sin un compromiso más amplio hacia la
igualdad de género.
Además, se subraya que la paridad política de género ha introducido
mecanismos innovadores, como la alternancia de género en las boletas
electorales, que sugieren un avance más robusto en comparación con las cuotas
tradicionales. Este mecanismo garantiza que hombres y mujeres ocupen posiciones
alternas en las listas de candidatos, promoviendo así una representación
equitativa y balanceada.
Al implementar esta estrategia, se busca aumentar la cantidad de mujeres
en espacios de toma de decisiones, así como transformar la cultura política,
haciéndola más inclusiva y representativa de la diversidad de la sociedad. Esta
alternancia de género facilita la presencia de ambos sexos en la política, lo
cual contribuye a que las demandas de este sector de la sociedad sean
escuchadas y tengan un alcance social. De esta manera, la paridad de género se
convierte en una herramienta esencial para avanzar hacia una democracia más
justa y participativa, donde todos los ciudadanos tengan la oportunidad de ser
escuchados.
Sin embargo, a pesar de estos avances, la normativa paritaria enfrenta
importantes limitaciones, como la ausencia de sanciones efectivas para quienes
no cumplan con el principio de paridad, y las barreras culturales y
estructurales que aún persisten en varios contextos. Así, aunque la paridad y
las cuotas representan un paso adelante en la lucha por la inclusión política
de las mujeres, la efectividad de estas medidas se ve comprometida por un
entorno que no siempre apoya su plena realización y éxito.
A pesar de los esfuerzos por promover la paridad política de género y
garantizar una representación equitativa de las mujeres en los espacios de poder,
la violencia de género sigue manifestándose de manera alarmante, especialmente
en el ámbito digital. Las mujeres que participan en la política o que expresan
sus opiniones a través de plataformas en línea a menudo enfrentan ataques y
acoso en redes sociales, lo que desincentiva su participación y limitar su voz
en el debate público. Esta violencia virtual tiene efectos perjudiciales sobre
su bienestar emocional y psicológico y refuerza un entorno hostil que silencia
y margina a las mujeres. Así, mientras las políticas de paridad intentan crear
un marco inclusivo, la persistencia de la violencia de género, tanto física
como digital, socava estos avances y ofrece un reto significativo que necesita
ser abordado para garantizar una verdadera equidad en la representación
política.
DISCUSIÓN
El análisis crítico de los resultados revela una compleja interacción
entre la violencia de género y la inclusión política de las mujeres en América
Latina. Morales (2021) establece que la violencia hacia las mujeres emerge de
una profunda estructura social que perpetúa desigualdades de género,
enfatizando que estas dinámicas no son meramente individuales, sino que están
institucionalizadas y respaldadas por normas culturales.
Esta perspectiva se complementa con la visión de Romero (2017), quien
señala que las mujeres en la política enfrentan la violencia generalizada que
afecta a todos los políticos y una violencia específica que resulta del
esfuerzo por desafiar un orden patriarcal que las marginaliza. A través de esta
lente, se destaca que la inclusión de las mujeres en la esfera pública ha sido obstaculizada
por la violencia física y psicológica, pero además está profundamente
influenciada por un marco social que sigue normalizando la opresión de género.
Sin embargo, este estudio presenta limitaciones al no abordar
completamente cómo las intervenciones políticas y las estrategias de
empoderamiento pueden ser implementadas de manera efectiva para combatir la
violencia. Aunque se apunta a la necesidad de definir claramente los términos
en la discusión sobre violencia política, como señalan Krook
y Restrepo (2016), la conceptualización y el reconocimiento del problema a
menudo se quedan en el ámbito teórico sin traducirse en políticas prácticas que
desafíen las estructuras existentes.
Asimismo, la crítica de Piscopo (2016) sobre
la rutina de la violencia y la ineficacia de los sistemas de justicia indica
que, si bien el discurso sobre la violencia de género se ha ampliado, persisten
barreras que limitan las medidas coherentes y efectivas contra esta forma de
violencia. La creciente violencia en línea, como indica Palazuelos
(2022), plantea un desafío aún mayor, pues las tecnologías digitales, aunque
proporcionan nuevas oportunidades para la participación, también se han convertido
en vehículos de agresión y desdemocratización.
Por lo tanto, aunque el estudio aporta una valiosa reflexión sobre la
intersección entre género y política, es fundamental que se desarrollen
estrategias concretas y multidimensionales que aborden tanto las raíces
estructurales de la violencia como las manifestaciones contemporáneas,
especialmente en el entorno digital.
El análisis de las tendencias proporcionadas por la Association
for Progressive Communications (2014) revela la vulnerabilidad de las mujeres
jóvenes en el ámbito digital, especialmente en contextos políticos. Las cifras
indican que el 40% de las agresiones son perpetradas por personas conocidas, lo
que resalta una dinámica de violencia íntima que puede ser profundamente
desestabilizadora, especialmente para mujeres que ocupan posiciones públicas en
el ámbito político. La identificación clara de perfiles de mujeres que
experimentan esta violencia —las que viven relaciones de abuso, las
profesionales con roles visibles, y las sobrevivientes de violencia física o
sexual— pone de relieve que la violencia digital está afectando la integridad
personal de las mujeres y su capacidad para participar activamente en la vida
pública, contribuyendo a un ciclo de exclusión y silenciamiento.
La aplicación de la tipología de violencia relacionada con la
tecnología, tal como es presentada por Šimonović
(2017), en el contexto de las mujeres en política, crea un panorama preocupante.
Las agresiones, que pueden incluir desde ataques a cuentas personales hasta la
creación de perfiles falsos, demuestran la posibilidad de un debilitamiento
deliberado y sistemático de la reputación y la credibilidad de las mujeres en
puestos de responsabilidad, afectando a las políticas individuales, lo cual
contribuye al deterioro general de la confianza pública en las mujeres en este
sector.
El uso de plataformas como Twitter y Facebook
para difundir lenguaje violento y amenazas, en particular hacia mujeres
periodistas y políticas, es un claro indicador de un entorno hostil. El hecho
de que estas agresiones incluyan amenazas de muerte hacia ellas y sus familias
ilustra la gravedad y la intencionalidad detrás de estas tácticas. Sin embargo,
se pueden resaltar limitaciones en esta investigación al no considerar ampliamente
las intervenciones efectivas que podrían resultar en un entorno digital más
seguro para estas mujeres. Aunque se subraya la prevalencia del ciberacoso y la difamación en redes sociales, el análisis
podría beneficiarse de estrategias y ejemplos de buenas prácticas en otros
contextos que han logrado mitigar esta violencia.
Si se analiza la investigación de Albaine
(2014), se constata que resalta avances significativos en la inclusión de
mujeres en la política de América Latina, especialmente a través de legislaciones
que incorporan la paridad política de género. La implementación de cuotas de
género en varios países ha permitido un aumento notable en la representación
femenina, ejemplificado por naciones como Bolivia, Costa Rica, Ecuador,
Honduras y México.
Sin embargo, el caso de Nicaragua, donde la falta de normativa efectiva
limita la representación de las mujeres, subraya que las cuotas son solo un
primer paso, y señala la necesidad de un compromiso más profundo hacia la
igualdad de género que abarque reformas legales y cambios culturales. Al mismo
tiempo, el enfoque en la incorporación de mecanismos como la alternancia de
género en las boletas electorales busca fortalecer esta inclusión. No obstante,
la falta de sanciones efectivas para aquellos que no cumplen con estas
normativas, junto con las persistentes barreras culturales, revela que, aunque
se han dado pasos hacia adelante, aún queda un largo camino por recorrer.
Aunque se hacen esfuerzos en pro de la paridad política, las mujeres en
espacios de poder siguen enfrentando desafíos debido a la violencia de género,
que se manifiesta en el ámbito digital. Aquellas que se involucran en la
política o que simplemente expresan sus opiniones en redes sociales son
susceptibles a ataques y acoso, lo que puede tener consecuencias para su
bienestar emocional y psicológico. Esta violencia limita su participación
activa en el discurso público y contribuye a reforzar un entorno hostil que las
silencia y marginaliza.
Además, aunque las políticas de paridad intentan crear un marco
inclusivo, la persistente amenaza de la violencia de género, tanto física como
digital, pone en riesgo estos avances y se convierte en un reto que debe ser
enfrentado. Para lograr una verdadera equidad en la representación política, se
necesita el desarrollo de estrategias integrales que aborden las estructuras de
representación, así como las violencias estructurales que han demostrado
delegar a las mujeres a un espacio de inseguridad y silencio en el ámbito
público.
CONCLUSIONES
La revisión de literatura, ha revelado que la violencia política de
género en México, particularmente en el contexto del uso de plataformas
digitales se encuentra profundamente arraigado en la cultura política del país.
Las mujeres que participan en la esfera política enfrentan múltiples formas de
violencia, que van desde ataques verbales y acosos en línea hasta amenazas
físicas, lo que limita su capacidad para actuar y expresar sus opiniones en
igualdad de condiciones.
Además, las plataformas digitales, aunque ofrecen espacios de
visibilidad y comunicación, han sido utilizadas como herramientas para
perpetuar ataques de género. La rápida difusión de información y la falta de
regulación en redes sociales han contribuido a la normalización de estas
agresiones, facilitando la deshumanización y la violencia hacia las mujeres
políticas. Las redes sociales se convierten en un campo de batalla donde los
agresores pueden acosar de manera anónima y sin consecuencias.
Es importante implementar políticas públicas que penalicen la violencia
política de género y que también promuevan la educación y la sensibilización
sobre el tema. Las iniciativas deben centrarse en empoderar a las mujeres,
dotándolas de herramientas para enfrentar y contrarrestar la violencia en
línea, así como fomentar un entorno en el que puedan expresar sus ideas y
participar plenamente en la vida política sin temor a represalias.
Finalmente, es evidente que las plataformas digitales presentan tanto
desafíos como oportunidades en el contexto de la violencia política de género.
Si bien se han convertido en un canal para la agresión, también ofrecen la
posibilidad de organizar y movilizar a las mujeres en la lucha por sus
derechos. En este sentido, es fundamental aprovechar estas herramientas
tecnológicas de manera que contribuyan a la equidad de género y la justicia
social, transformando un espacio de hostilidad en un ámbito de apoyo y
solidaridad. La transformación de este panorama es fundamental para fortalecer
la democracia y garantizar la participación plena y segura de las mujeres en la
política mexicana.
Albaine, L. (2014).
Participación política y violencia de género en América Latina. Pensamiento
Americano, 7(13), 95-112. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/8713854.pdf
Association
for Progressive Communications. (2014). End violence: Women’s rights
and safety online Analysis of incidents of technology-related violence against
women reported on the “Take Back the Tech!” Ushahidi platform. https://dev-d9.apc.org/en/news/apc-announces-new-project-end-violence-womens-rights-and-safety-online
Association
for Progressive Communications. (2015).
Technology-related violence against women, A briefing paper. https://www.apc.org/sites/default/files/HRC%2029%20VAW%20a%20briefing%20paper_FINAL_June%202015_0.pdf
Calderón, L.C. (2000). Migración femenina y participación política en EI
Paso, Texas. Frontera Norte 12(23),
119-151. https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S0187-73722000000100005&lng=es&nrm=iso
Cerva, C.D. (2014). Participación
política y violencia de género en México. Revista
Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales LIX (222), 117-140. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-19182014000300005
Galarza, F.E., Cobo, B.R., & Esquembre,
C.M. (2016). Medios y violencia simbólica contra las mujeres. Revista Latina de Comunicación Social,
71, 818-832. https://doi.org/10.4185/RLCS-2016-1122
INEGI. (2016). Módulo sobre Ciberacoso MOCIBA.
Principales resultados. p.11-13. http://www.beta.inegi.org.mx/contenidos/proyectos/investigacion/ciberacoso/2015/doc/mociba2015_principales_resultados.pdf
INEGI. (2017) Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en
los Hogares 2016. Boletín de prensa 379/17.
http://www.inegi.org.mx/saladeprensa/boletines/2017/endireh/endireh2017_08.pdf
Krook,
M. & J. Restrepo (2016). Género y violencia política en América Latina. Conceptos, debates y soluciones” en Política
y gobierno. Volumen 23, número 1, pp. 127-162. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-20372016000100127
Morales, L.A. & Pérez, C.L. (2021). Violencia política contra las
mujeres en México y Ecuador (2016-2019)”. Colombia
Internacional, 107, 113-137. https://doi.org/10.7440/colombiaint107.2021.05
Menéndez, M.M.l. (2014). Retos periodísticos
ante la violencia de género: El caso de la prensa local en España. Comunicación y sociedad, (22), 53-77. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-252X2014000200003&lng=es&tlng=es.
Navarro, C.; Martínez-García, L.; & Vialás,
F.S. (2018). Usos y valoración de Facebook como herramienta para la lucha
contra la violencia de género en México. Teknokultura 15 (2), 285-299. http://dx.doi.org/10.5209/TEKN.59546
Novella-Cámara, A.,
Romero-Pérez, C., Melero, H., & Noguera-Pigem, E.
(2021). Participación infantil, política local y entorno digital: Visiones y
usos en municipios españoles. Comunicar, 69, 33-43. https://doi.org/10.3916/C69-2021-03
Obando, V. M. (2021). El efecto Tiktok:
Plataformas digitales y reconfiguración del escenario político electoral en
Ecuador. Sociología y Política HOY,
(5), 175-184. https://bit.ly/3muYR3Z
ONU. (2020). Mujeres. Humanas. Centro Regional de Derechos Humanos. https://www.humanas.cl/
Palazuelos R.I.J. (2022). Más allá de la ficción: medios
digitales, violencia y reivindicación. Paakat: Revista de Tecnología y Sociedad,
12(23). http://dx.doi.org/10.32870/Pk.a12n23.747
Piscopo, J. (2016).
Capacidad estatal, justicia criminal y derechos políticos: Nueva mirada al
debate sobre la violencia contra las mujeres en política. Política y gobierno. Volumen 23, número 22, pp. 437-458. https://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S1665-20372016000200437&script=sci_abstract
Portillo, C. (2023). Violencia política contra las mujeres por razón de
género: estado del arte de investigaciones realizadas en torno al tema en
América Latina, México y Tlaxcala. Contraste
Regional, 11(21), 137-157. https://mail.ciisder.mx/images/revista/contraste-regional-21/contraste-regional-21-no21_08_violencia_politica_contra_las_mujeres_por_razon_de_genero_estado_del_arte_de_investigaciones_realizadas_en_torno_al_tema_en_america_latina_mexico_y_tlaxcala.pdf
Romero, M. A. I. (2017). Democracia,
elecciones y violencia en América Latina. América Latina, Hoy, 77,
232-233. https://search.proquest.com/openview/6f0fc77c5eab7b237260ac426e84f7ea/1?pq-origsite=gscholar&cbl=29550
Ruiz,
V. & Tiano, S. (1987). Women
on the U.S. Mexican Borde: Responses to Change, Estados Unidos, Boston Press.
Sánchez, J. (2020). La construcción del liderazgo político y la
identidad escenográfica en tiktok. En J. Sánchez, y
A. Barrientos, (Coords.). En Cosmovisión de la
comunicación en redes sociales en la era postdigital.
España: McGraw-Hill (1.a ed., Vol. 1), 197210. https://bit.ly/3kYobji
Šimonović,
D. (2017). La violencia en línea contra las mujeres en México. Asociación para
el Progreso de las Comunicaciones. Ciudad de México. https://r3d.mx/wp-content/uploads/180125-informe_violencia_en_linea_mx-v_lanzam.pdf